
En el momento que nosotros entendemos que debe ser el número uno en nuestras vidas en todas sus áreas, y más en la parte financiera. Ocurre que se convierte en el mejor socio y nos da las mejores ideas abriéndonos los caminos para llegar a alcanzar nuestra meta financiera, enseñándonos cual el camino que debemos tomar. Enseñándonos a tomar decisiones.
Nos ayuda a controlar la incertidumbre y ansiedad que genera muchas veces las acciones de emprendimiento o los compromisos de crecimiento personal y financiero que asumamos, esto a través del crecimiento de la fe y la confianza en el.
El camino el emprendimiento y desarrollo financiero o economía personal tiene mucho en común con la fe, ya que es aventurase a algo que se presume que será para bien, porque, aunque tengamos datos estadísticos nunca estamos completamente seguros del resultado que se obtendrá; siendo la fe en Jehová muy similar pues nos entregamos a creer en algo que no se ve, a motivarnos por sus promesas y cobijar nuestra esperanza en él.

Es por ello que mi recomendación es que debemos poner a Dios de número uno en nuestras vidas, por que será él que nos dará la confianza para no desmayar y cumplir nuestros planes o proyectos de emprendimiento.
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